Teuchitlán

Para la mayoría de políticos y sus aplaudidores, la tragedia de Teuchitlán se reduce a señalar en qué gobierno se inició o qué gobierno consintió el desarrollo de un lugar de exterminio donde el crimen organizado mató a cientos de personas. Con solo conocer los detalles revelados por madres buscadoras y medios de comunicación, la sociedad mexicana se estremece.  Esos … Sigue leyendo Teuchitlán

Cartas al presidente

No las escribieron críticos del gobierno mexicano. Una la firmó el narcotraficante más enigmático (sanguinario, dicen otros) que ahora se encuentra a merced del gobierno estadounidense para contarle lo que todos suponemos y que de alguna u otra forma sabemos: las complicidades de políticos y empresarios mexicanos con el crimen organizado. Ismael Zambada puso a … Sigue leyendo Cartas al presidente

Lucha de élites

Presenciamos el debate entre dos facciones que se disputan el poder. Sus argumentos son similares y su nivel de argumentación es pobrísimo: unos son los buenos, otros son los malos; las cosas está mejor con unos y no con sus adversarios. No hay términos medios, todos son demócratas o todos autoritarios. La discusión sobre el … Sigue leyendo Lucha de élites

El imperio de las balas y la guerra moral

Es impactante el asesinato de dos sacerdotes porque, aunque hemos normalizado la violencia y sus atroces resultados, pensamos que existen límites infranqueables y que el crimen organizado los respetará. Y no es así: la violencia alcanza incluso a aquellos que creíamos intocables. Nadie está a salvo y nos espanta porque nos reconocemos aún más vulnerables. … Sigue leyendo El imperio de las balas y la guerra moral

Ayotzinapa. El Estado y los hijos de puta

Ayotzinapa no es un crimen de Estado, pero es un crimen desde el Estado. El delito no tenía como objetivo eliminar enemigos del Estado o desestabilizar un régimen. Tampoco el Estado lo maquinó. Eso no quiere decir que el Estado mexicano no tenga responsabilidad. Las instituciones del Estado han sido participes, no sólo por descuido … Sigue leyendo Ayotzinapa. El Estado y los hijos de puta