Cien años de José. Escritor único, brillante y comprometido. Saramago escribió innumerables obras de gran calidad y una joya universal: Memorial del Convento: una historia de amor sin palabras de amor (según el NYTimes).
Saramago decía que el hombre más sabio que había conocido no sabía leer ni escribir. El hombre más sabio que yo conocí solo sabía leer y escribir. Él se refería a su abuelo y yo al mío.
Imperdibles y sinceramente hermosas sus palabras al recibir el Nobel de Literatura refiriéndose a sus abuelos y a sus personajes:
“En cierto sentido se podría decir que, letra a letra, palabra a palabra, página a página, libro a libro, he venido, sucesivamente, implantando en el hombre que fui los personajes que creé. Considero que sin ellos no sería la persona que hoy soy, sin ellos tal vez mi vida no hubiese logrado ser más que un esbozo impreciso, una promesa como tantas otras que de promesa no consiguieron pasar, la existencia de alguien que tal vez pudiese haber sido y no llegó a ser.”
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