La oportunidad para Marco Mena es única:  la no construcción de la central de abastos conlleva un problema (en forma de sentencia, según dicen los enterados) contra el gobierno del Estado de Tlaxcala. Este incidente, que algunos calculan en 500 millones de pesos, le permitirá al gobernador entrante deslindarse de su antecesor, Mariano González Zarur porque su gobierno tendría que enfrentarse a ese pequeño gran problema de 500 millones de pesos. En otras palabras: Mena tendría que pagar los platos rotos por Mariano.

El  gobierno tlaxcalteca tendría que pagar 500 millones de pesos a las empresas (ligadas al orticismo) que se dijeron afectadas por haber incumplido el contrato por el cual se empezó a construir la nueva central de abastos en el estado. 

Pero Mena aún tiene campo de acción.

 Tres son los escenarios a los que se enfrenta el próximo gobernador:

– Pagar sin que haya responsables: se trata del escenario más favorable para las empresas y para Gonzalez Zarur. Es una solución que se mueve en la plataforma de la impunidad: al final del camino, no habrá central de abastos ni responsables del gobierno que expliquen quién cometió el error que le costará a los tlaxcaltecas un total de 500 millones de pesos.

– Pagar fincando responsabilidades: el escenario seguiría siendo favorable para las empresas ligadas al orticismos (a quienes nunca les importó la central de abastos, sino el dinero vil que pudieran obtener con ella), pero al menos habría un mensaje desde el gobierno, en el que diga que no puede haber errores de 500 millones. El responsable de una pérdida de ese estilo debe ser investigado.

– No pagar. Las probabilidades de que el gobierno tlaxcalteca no pague a las empresas de dudoso interés, son más claras de lo que parece. Todo depende de que Mena no quiera pagar, de que tenga claro el escenario al que se enfrenta y de que su estrategia jurídica sea adecuada.

Por eso, surgen las dudas: ¿de qué oficina surgió la bondad del gobierno del Estado que «dobló » las manos para aceptar pagar 500 millones?

¿Mena fue convidado en la decisión de iniciar su mandato con 500 millones menos de presupuesto?

La duda mata, sobre todo porque no se debe perder de vista que la cláusula por la que se pagarán los 500 millones nunca fue impugnada. 

Alguien autorizó un desfalco enmascarado. 

Alguien autorizó deuda pública encubierta en una cláusula por demás leonina. 

Alguien ignoró que una sentencia no es suficiente para exigir el cobro: hay que demostrar que se sigue siendo el titular del derecho reconocido por la sentencia. 

Mena tiene la palabra (o el silencio).  Hacer cuentas con el marianismo o pagar sus yerros.

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