La voz de Barbosa no puede ser la única si el objetivo es crear un estado democrático. Eso no quiere decir que haya que restarle poder , sino que su poder no puede ser único ni absoluto. Es un riesgo claro en la administración que inicia, porque en el congreso no existen interlocutores de oposición que tengan la estatura para debatir con el mandatario poblano. ¿Dónde encontrar a los interlocutores de Barbosa?
Primero, en Morena. Y ahí, parece ser el único lugar en el que Barbosa no se siente del todo cómodo. No quiere decir que el gobernador no tenga influencia o poder en el partido de López Obrador, pero sabe que no tiene la última palabra. Esa pequeña diferencia es crucial: Barbosa sabe que en Morena no todos le deben su carrera política o el puesto actual que ahora ostentan. Ejemplo claro es Armenta, con quien disputó la candidatura y al que finalmente doblegó. Armenta estiró mucho la liga y logró sentarse a “negociar” con Barbosa para darle su apoyo de cara a la elección de junio pasado. Después de la elección, Barbosa tendrá que pagar algunas facturas y no todos le rendirán pleitesía. La disidencia de Morena, tanto a nivel de diputados locales, como diputados federales y ayuntamientos, no serán un día de campo para Barbosa. Sin embargo, los terminará convenciendo para sumarse a su proyecto y apoyar sus decisiones. La disidencia será, en el mejor de los casos, un obstáculo menor para el actual gobernador.
La gran disidencia tendría que encontrarla en el PRI y en el PAN. En el partido blanquiazul parece no haber la disposición a hacer frente a un escenario con Barbosa como gobernador y el PAN como oposición disminuida. O no saben cómo enfrentar al poder o se les olvidó muy pronto. Acción Nacional está pagando el precio de haber sometido los intereses del partido a los intereses del Morenovallismo. Nadie en su sano juicio pretendería enarbolar los valores de Moreno Valle y es ahí donde el PAN no encuentra la cuadratura del círculo: cómo justificar lo injustificable y cómo alejarse de aquello que tanto arropó.. Los políticos de Acción Nacional parecen ser zombies que no saben qué hacer porque la víspera de navidad perdieron al único guía al que obedecían. No le discutían la más mínima decisión, sino que eran militares que obedecían las órdenes de un general. Muerto este, el soldado blanquiazul no sabe qué hacer con su fusil.
La historia es distinta en el PRI. Ahí necesitan una refundación y solo el tiempo podrá darles la oportunidad de presentarse como una opción política confiable. A nivel local, los grupos que se disputan el partidazo tienen una ventaja: tal parece que el marinismo ha muerto. Sin Marín y con los Morales (Melquiades, hermanos e hijos) con el estigma de haberse entregado al Morenovallismo) el escenario está listo para que Charbel y compañía se hagan del partido y construyan una plataforma políticamente de centro y que puedan hacer frente (de manera digna) a Barbosa. Las declaraciones del ahora gobernador le deberían dejar claro a Estefan Chidiac que su amigo el gobernador no dudará en destruirlo políticamente si es necesario. Por eso, el PRI tendría que presentarse bajo lo que haya quedado de los “amigos de Meade” como una baza que ya no esté sometida a Marín, Melquiades, Piña o Bartlett. El PRI tendría que iniciar una nueva etapa, hacerle frente a Barbosa y negociar con él las “grandes” reformas que necesita Puebla.
En cualquier caso, el escenario donde el gobernador tiene contrapesos eficientes está lejos de ser la realidad política poblana. Barbosa tiene pocos interlocutores que quieran enfrentarlo a fin de mejorar sus decisiones. Y eso es una mala noticia para todos. Porque, en ese sentido, el escenario parece ser el mismo que a principios de esta década. Justo cuando Rafael llegaba al poder. Ni más ni menos.
Tiempo extra. Entre tener las recetas y comer un platillo hay un proceso que no puede omitirse. Lo recordé cuando leí las acciones que quiere llevar a cabo el gobierno de Miguel Barbosa, que en algunos casos son iguales a lo que otros ya han ofrecido. Por ejemplo, más patrullas, una policía profesionalizada o más cámaras de vigilancia. Nada nuevo bajo el sol.